Fiona Mar Villarroel, flamante doble campeona de España sub-16 en lanzamiento de peso, sigue los pasos de su madre, la legendaria Margarita Ramos, teniendo el mejor ejemplo y referente posible para lograr grandes éxitos en casa: «Le insisto en que tenga paciencia, sea constante y entrene»
Echar la vista atrás y mirar de dónde vienes siempre es un importante refuerzo para saber a dónde te diriges. En el caso de la joven atleta leonesa Fiona Mar Villarroel, de tan solo 15 años, no tiene que buscar muy lejos su esencia: su madre, Margarita Ramos, es una leyenda del atletismo nacional, en la prueba de lanzamiento de peso y ella sueña con seguir sus pasos.
De momento, los primeros compases de su carrera deportiva son más que esperanzadores: dos medallas de oro en los dos campeonatos de España sub-16 (al aire libre y en pista cubierta) alumbran un complicado año 2020. «Estos resultados la animan a seguir, tiene un nivel que mantener e irá valorando los éxitos según los vaya logrando», señala.
Fiona Mar Villarroel comenzó a practicar atletismo con seis años, probó en todas las pruebas y destacó en varias, como la velocidad y la longitud. Pero se acabó decantando por el lanzamiento de peso, donde empezó a ganar, a obtener buenos resultados y a entrarle el «gusanillo» para exigirse más. «Desde hace dos años ya entreno más en serio», apunta la joven lanzadora.
Aprendizaje también en casa
A su madre le hace «mucha ilusión» que Fiona haga deporte «con ganas», más aún «en una prueba donde le puedo ayudar». Los consejos son constantes entre madre e hija y Fiona destaca que ella es «un apoyo más» y que en casa, después de los entrenamientos, le recuerda «cuál es la técnica correcta». Sus buenos resultados no le libran de la exigencia de Margarita Ramos. «Alguna bronca cae», señala entre risas.
Por su parte, Margarita Ramos le insiste en que «tenga paciencia, sea constante y entrene». «El éxito es cosa de mucho trabajo, muchos días y de trabajar cada día. Las marcas se logran poco a poco, no llegan de un día para otro», explica la exlanzadora, que ve «madera de campeona» en su hija: «Tiene muchas cualidades, pero hay que ir desarrollándolas y creciendo. Al final, no soy objetiva, soy su madre, pero la veo en el buen camino», asegura.
Fiona sueña con grandes competiciones en el futuro y, cómo no, participar en unos Juegos Olímpicos, como hiciera su madre en Barcelona 92, pero sabe que los pasos deben de ser lentos, aunque firmes.
«Espero que el apellido no le lastre»
El apellido no le pesa a la atleta leonesa, que reconoce que nadie le ha dicho nada por ser hija de la legendaria Margarita Ramos y su madre espera que «no le lastre». «Yo anduve mucho camino y ahora lo tiene que recorrer ella e intentar mejorarlo», señala.
Ese es el reto que tiene en casa Fiona Mar Villarroel: superar los grandes éxitos logrados por su madre. Esa enorme exigencia es la esencia del deporte, la que tan bien conoce Margarita Ramos y que ahora impregna a su hija para que León logre disfrutar de otra gran campeona.